Ludwig van Beethoven volvió por segunda vez a Viena en el año 1792 para vivir allí el resto de sus días. Tenía 22 años y estaba abriéndose paso entre los músicos de la capital, Habsburgo. Venía con la fama de ser un extraordinario y apasionado pianista, para ese entonces, el compositor ya había compuesto varias obras para teclado, que le sirvieron como ejercicio y carta de presentación dentro de los diversos eventos de la ciudad.
Al morir en el año 1827, el músico de Bonn había compuesto cinco conciertos para piano (seis contando uno juvenil) y 32 sonatas. Definitivamente, el piano fue su instrumento predilecto, después de la orquesta.
Los primeros conciertos
Beethoven compuso hacía el año 1784 (a los 14 años) un concierto para pianoforte en Mi bemol mayor, que, al día de hoy, se le denomina "Concierto N° 0", WoO. 4. Esta última abreviatura viene del alemán, Werke ohne Opuszahl (WoO) que se traduce al castellano como "obra sin numero". De esta obra juvenil solo sobrevive escrita la parte en piano y casi nunca se toca.
En ese entonces los conciertos de Mozart, especialmente los últimos (desde el 14 sobre todo) son obras maestras. Curiosamente Mozart estaba componiendo el referido Concierto n° 14 ese mismo año (en 1784). El maestro de Salzburgo llegó a terminar 27 conciertos.
Mozart compuso 27 conciertos para piano, de los cuáles los más conocidos son el n° 20, el n° 21, el n° 23, el n° 24 y el último. |
El Concierto n° 1 en Do mayor, Op. 15 fue compuesto en el año 1795 y revisado cinco años después, para ser publicado en el año 1801. Es curioso que este sea el primero en ser numerado, por que en realidad el Concierto n° 2 en Si bemol mayor, Op. 18 fue compuesto antes. Parece que Beethoven lo comenzó a fines de la década del 80, y fue revisado varias veces, para ser publicado después que el primero.
Ambas son obras de juventud, aún con un rezago a Haydn y Mozart. Con respecto al Concierto n° 2, Beethoven no lo tenía, al parecer, en mucha estima. Sabemos que lo tocó en su primer concierto de presentación en la ciudad de Viena.
El Rondo final es una de las piezas más alegres y optimistas compuestas por el músico de Bonn. Aún así, el final lo cambió para una presentación en la ciudad de Praga pero éste no se público con el Concierto. El Concierto n° 1 tiene similares características al ya descrito y también fue estrenado en el concierto del 29 de marzo del año 1795, en el Burgtheater de la capital austriaca.
Ambas son obras de juventud, aún con un rezago a Haydn y Mozart. Con respecto al Concierto n° 2, Beethoven no lo tenía, al parecer, en mucha estima. Sabemos que lo tocó en su primer concierto de presentación en la ciudad de Viena.
El Rondo final es una de las piezas más alegres y optimistas compuestas por el músico de Bonn. Aún así, el final lo cambió para una presentación en la ciudad de Praga pero éste no se público con el Concierto. El Concierto n° 1 tiene similares características al ya descrito y también fue estrenado en el concierto del 29 de marzo del año 1795, en el Burgtheater de la capital austriaca.
En el Burgtheater de Viena se estrenaron los primeros dos conciertos de Beethoven, en el año 1795 con él como solista. |
Los conciertos del periodo medio
Cuando Beethoven estrena su Concierto n° 3 en Do menor, Op. 37, el 5 de abril del año 1803, ya había compuesto 18 sonatas para ese instrumento. El piano ya no era un secreto para el compositor. Ese mismo día estrenó también su segunda sinfonía.
Ya nos encontramos con una obra maestra del género. Los tres movimientos de este concierto (Allegro con brio, Largo y Rondo allegro) ya tienen el sello personal y dramático del compositor. La tonalidad será la misma que use en la famosa Quinta Sinfonía.
La parte del solista es mucho más difícil que los Conciertos anteriores. Incluso el Rondo final (todos los conciertos terminan con un Rondo, herencia de Mozart) surge de una manera misteriosa. Viena estaba pasando momentos difíciles en las Guerras Napoleónicas y este personaje estaba entrando en la órbita del compositor. La Sinfonía "Heroica" o "Bonaparte" como se iba a llamar inicialmente, ya estaba en camino.
Ya nos encontramos con una obra maestra del género. Los tres movimientos de este concierto (Allegro con brio, Largo y Rondo allegro) ya tienen el sello personal y dramático del compositor. La tonalidad será la misma que use en la famosa Quinta Sinfonía.
Partitura original de la cadenza del primer movimiento del Concierto para piano y orquesta n° 3. Obra dedicada a Luis Fernando de Prusia. |
Parece que Beethoven sacaba de la galera obra maestra tras obra maestra. En el extenso concierto se estrenaron las Sinfonías n° 5 y n° 6, la Fantasía Coral para piano, coros y orquesta, el Aria "Ah Perfido" y partes de su Misa en Do y este Concierto. Increíble.
Más de cuatro horas. Para muchos autores es el mejor del ciclo. Ya para ese entonces Viena había sido invadida por Napoleón y algo de lo militar se siente en el Rondo vivace final.
El primer movimiento, Allegro moderato, es de un dramatismo propio de las composiciones de la época. Por otro lado, el cortísimo segundo movimiento (Andante con moto) fue descrito por el biógrafo Adolph Marx como el "diálogo entre Orfeo y las Furias". Estos dos conciertos son de las obras más importantes del músico, sin lugar a dudas.
El "Emperador"
La última obra de la serie es el famoso Concierto n° 5 en Mi bemol mayor, Op. 73, "Emperador". Otra vez estamos en la "tonalidad heroica" al igual que en la sinfonía antes mencionada. Fue compuesto entre el año 1809 y el año 1810 y estrenado el 13 de enero del año 1811, en un concierto privado y estuvo dedicado al archiduque Rodolfo, hermano del emperador Francisco de Austria.El archiduque, fue mecenas y discípulo de Beethoven, motivo por el cual el compositor le dedicó varias obras (incluyendo el famoso Trío "Archiduque").
El aristócrata también fue el solista en el estreno en Viena. Luego de tocarse en Leipzig, recién se ejecutó en un concierto público el 12 de febrero del año 1812 con otro alumno de Beethoven al piano: el famoso Carl Czerny.
El gran músico ya no podía ser solista en el piano, la sordera le afectaba significativamente por esos años. Aún podía escuchar por medio de aparatos pero no tocar en vivo.
El Emperador Napoleón I de Francia, por Francois Gerard. La personalidad del Gran Corso fue determinante en la obra del maestro. |
Esta obra es más larga que los anteriores conciertos y también tiene tres movimientos, (Allegro, Andante poco mosso y Rondo allegro), siendo el primero de una proporción catedralicia (casi 20 minutos de duración). Los dos siguientes están unidos sin interrupción. Muy interesante como surge el Rondo desde pequeñas llamadas en el piano.
Algunos autores calificaron a esta obra como "Sinfonía con Piano" por el carácter fuerte, vehemente y potente de la obra. Será por eso que Johann Baptist Cramer, editor de la obra de Beethoven en el Reino Unido, le puso el apelativo de "Emperador" (¿Qué emperador? ¿Francisco o Napoleón?).
Beethoven también transcribió el Concierto en Re mayor para violín, Op. 61 para piano. No compuso más obras concertantes. Siguió con seis sonatas más, de las que destacan la n° 29 , llamada "Hammerklavier" y las tres últimas, música del periodo final. Los conciertos para piano, al igual que las sinfonías, buscan integrar en un todo, el discurso musical: lucimiento, vehemencia, pero también ideas muy desarrolladas.
Beethoven también transcribió el Concierto en Re mayor para violín, Op. 61 para piano. No compuso más obras concertantes. Siguió con seis sonatas más, de las que destacan la n° 29 , llamada "Hammerklavier" y las tres últimas, música del periodo final. Los conciertos para piano, al igual que las sinfonías, buscan integrar en un todo, el discurso musical: lucimiento, vehemencia, pero también ideas muy desarrolladas.
La versión de Wilhem Kempff del año 1962 puede ser considerada como la mas "clásica" de los conciertos de Beethoven. |
Hoy los podemos escuchar como un ciclo, igual que las mencionadas sinfonías, los cuartetos y las sonatas. Ningún otro músico pudo esquivar la trascendencia de Beethoven en ese género (y en los otros). Chopin, Liszt, Schumann, Mendelssohn, Brahms, Tchaikovski, Grieg, Saint-Saëns, Rachmaninov, por mencionar a los más cercanos en el tiempo, le deben a nuestro héroe, sus obras maestras. Ninguno de ellos superó el número de cinco en ese rubro.
Actualmente, disfrutamos mejor estas obras, por lo técnico de las orquestas y solistas, y por las grabaciones. Serkin, Michelangeli, Argerich, Perahia, Brendel, Arrau, Gilels, Pollini, Casadesus, Rubinstein y Zimmerman tienen versiones excepcionales, incluso grabadas varias veces. Pero la más "clásica" de todas es la integral de los cinco conciertos que hizo Wilhelm Kempff con la Filarmónica de Berlín en el año 1962. Recomendada.
Bibliografía:
Edouard Herriot: La vida de Beethoven.
Casper Howeller: Enciclopedia de la música - guía del melómano y del discófilo.
Enciclopedia Salvat de los grandes compositores.
Musicalia: Enciclopedia y guía de la música clásica.
Marion M. Scott - Beethoven.
Muy interesante. Felicitaciones
ResponderBorrarAsí es. La música del genio de Bonn nos lleva a conocer más sobre otros temas. Gracias por leer el artículo.
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